4 de junio de 2017
CASI MARESME SUD, 28/5/17
Hacía más de dos años que no participaba en regatas dominicales de Club. Sin ganas y con líos, las Comodoro me resultaban suficiente. Pero últimamente, comuniones, averías y algún que otro turbio asunto me habían dejado fuera de servicio náutico durante más de un mes. Y tenía mono, mucho mono de mar. Miré el calendario de regatas y la primera disponible era la del Maresme Sur. Decidido: iría.
La previsión no era muy buena: poco viento, niebla,… en fin, es lo que tiene esta costa, que hay demasiado viento o no hay nada. Pero no por eso uno va a dejar de jugar con las olas.
Antes de salir monté la maniobra del asimétrico. Él y yo habíamos empezado a conocernos un poco tras la Ophiusa (sólo un poco) y valía la pena, con su permiso, de ahondar en esa incipiente relación. El roce hace el cariño…
Había unos 5-6 nudos de viento del 90-110. Tremenda galerna sólo apta para los más avezados lobos de mar. El recorrido para promoción sería el consabido triángulo con salida en el Mercat de les Flors y un interesante retorno de empopada a una previsible velocidad de 2 pársecs. Me imaginé en el USS Enterprise de la serie Star Trek, haciendo un mano a mano con los comandantes James T.Kirk y Spock para llevar al Kiski hasta la meta dentro de un agujero de gusano. Pero no, a mi lado sólo estaba Sebastián, mi fiel piloto automático de la serie Raymarine. Poco hablador y no muy preciso, pero fiel y poco dado a la traición con baterías bien cargadas. Hoy en día, eso ya es un plus.
Me demoré más de la cuenta en la línea de salida y salí con el barco matado de velocidad. A estribor, junto al barco del Comité, Samantha fue más hábil y consiguió más velocidad. Yo parecía un peso muerto en pos de Aroha y Snoopy. Samantha hizo un bordo a mar y yo seguí paralelo a la costa, con la esperanza de pillar alguna racha y alcanzar a alguien. Creo que salí penúltimo.
Me costó ponerme de acuerdo con Sebastián. Tras ajustar la sensibilidad al máximo, conseguí trimar más o menos bien las velas (hasta donde yo sé) y ganar algo de velocidad…unos 3 nudazos. Lentamente, conseguí pasar a Aroha y Snoopy por barlovento.
La driza de dynema que compré hace poco me está costando el doble de cara de lo que pensaba. Es de diámetro 10 mm (como la anterior), pero se estrecha un 10-15 % en tensión, resbalando a lo loco dentro del stopper y dejando a la mayor en una cómoda posición de descanso, muy poco marinera. O eso, o ocupo un winche con la driza. Veo en el horizonte muy cercano una driza de polyester de las de toda la vida de 12 mm, y una cabeza gacha.
Daba la sensación de que, a pesar de todo, iba alcanzando al grupo. Por delante veía al Nua, de RI, cada vez más cerca, salido 5 min por delante.
Pero una cosa son las apreciaciones y otra las realidades.
Rebasados Aroha y Snoopy, hice bordo a mar. Mi estimulación digital a Sebastián no fue la correcta, e hice el tonto. Perdí velocidad, fallé el bordo, lo repetí,…cosas de ir en solitario. Hice el bordo a mar, sudando horrores. No había nadie. Tras un rato, me crucé con el Samantha, mal enfocado a boya. Yo seguí. Luego distinguí otra vez al Nua, cerca.
Volví a hacer otro bordo a boya, ahora que la distinguía entre la niebla. Sebastián hizo su trabajo, pero su bordo es de 90 º y entre que uno ajusta unas cosas y otras, el barco pierde velocidad y el piloto salta. ¡Mecachis en la mar! Más que Sebastián, debería bautizar a mi piloto como Frernando.
Acercándome a boya, Aroha y Snoopy se me echaron encima amurados a babor. A medida que llegaron, les pedí agua y tuvieron que dejarme por popa. Fútil estratagema malpagada por una bajada de viento que me dejó KO. Iba ciñendo a rabiar y la búsqueda de velocidad me hizo llevar una ceñida muy muy abierta que me apartó de boya. Estando tres barcos en zona de compromiso y yo obligado a virar, me santigüé encomendándome al patrón de los imposibles marineros e hice una trasluchada para evitar meterme en zona de peligro: poco viento, Aroha y yo en solitario,…ya me abordó un barco hace no tanto y, aunque el seguro pague, es un coñazo. Pasé a ambos por popa e hice mi boya a una velocidad desesperante. Para cuando la rodeé, ellos ya estaban a no menos de 400 m. Si quería algo, estaba obligado a poner el asimétrico.
Aunque la distancia era corta, con apenas viento iba a tomar mucho tiempo llegar a la siguiente boya. Decidí izar asimétrico. Os animo a juzgar la maniobra con mi ATN tacker en
https://www.youtube.com/watch?v=Zt_G0uVc5iY&t=180s
Un chollo, si tienes tiempo. Y si Sebastián está de buen rollo.
Sudé de lo lindo y lo logré. Empecé a recortar distancias. Sólo Snoopy había montado asimétrico.
Pasé a ambos por barlovento. Me acercaba a boya,…pero el viento bajó. Aroha, con el génova, recuperó terreno ganando ángulo. Yo no podía. Pasó boya por delante del Kiski.
Al llegar a boya me enfrenté a la realidad de tener que hacer un bordo con el ATN en solitario, con 5 nudos de viento en popa y a pocos metros del espigón del club de vela de Vilassar. Una sudorosa línea de tensión marcaba mi frente. ¡Glups! Pim pam. Lo hice, corriendo mucho de popa a proa y viceversa.
Sobrepasé al Aroha. Snoopy seguía atrás. Como me lo merecía, bajé al salón y me preparé un gin tónic de Beefeater. Mmmmmm! No sé si esto es muy convencional en una Maresme Sud, pero me sentó fantásticamente. Al cabo de un tiempo, Aroha izó su gran espi granate y empezó a recortar distancias. Apuré mi vaso.
Venía directo. Retrimé y mantuve posiciones. Debía evitar a toda costa que me cortase el viento y orzé. Le corté el paso y, ya cerca de boya, creí que lo lograría. Unos turistas en velero y luego en catamarán nos desventaron a ambos al querer ver el match race de cerca. Sin comentarios.
Con gran habilidad, Aroha arrió asimétrico e izó génova. Yo aún seguía con asimétrico Supongo que él supo interpretar el cambio de viento que yo no sentí.
El viento se fue y cambió a un ángulo de 30-40º que yo no podía aguantar con el asimétrico. Me quedé clavado esperando un role que no llegó. Aroha ceñia y ganaba terreno.
Traté de entrar entre la zodiac del Comité y la boya. Estaba a unos 30 m, pero un palangre colocado justo en medio impedía todo intento por mi parte. Demasiado tarde, arrié el asimétrico para izar génova. Por inercia, Aroha cruzó meta y se quedó clavado sin viento. No teniendo sentido intentar nada: yo estaba a pocos metros de la línea y sin ángulo ni viento, abandoné. Otra vez será.
Poco a poco, mis enfrentamientos personales con el asimétrico son más fructíferos,...¡aunque siguen valiendo por toda una sesión de spinning!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)